El robot Spirit, que llegó a Marte en enero de 2004, poco antes que su gemelo Opportunity, para desplazarse por la superficie del planeta rojo como un geólogo de campo, está definitivamente atascado en un arenal donde quedaron atrapadas sus ruedas hace 10 meses. Los expertos del Jet Propulsion Laboratory (JPL, en California), que han intentado desde allí sacarlo de la trampa por todos los medios se han dado por vencidos.
El vehículo, que ha recorrido 19 kilómetros por Marte, no se moverá más, pero su misión científica no ha concluido, sino que entra en una nueva fase, ha anunciado la NASA. El plan es convertir el Spirit en una estación científica fija con la que se investigarán las variaciones del eje de Marte, la estructura interna del planeta, los vientos y la composición del suelo en el lugar. Mientras tanto, el Opportunity, en la cara opuesta de Marte, pero también cerca del ecuador, sigue funcionando bien y se dirige hacia un cráter llamado Endeavour.
"Hay investigaciones científicas que sólo podemos hacer con un vehículo fijo y que hemos aplazado durante los años de desplazamientos [del Spirit]", ha explicado Steve Squyres, geólogo de la Universidad de Cornell e investigador principal de los dos robots.
Los expertos del JPL van a enviar las órdenes pertinentes al Spirit para que se prepare para afrontar las duras condiciones del invierno marciano, orientando sus paneles de forma que capten la máxima radiación solar posible.
El Spirit y el Opportunity, que tienen el tamaño de un carricoche de golf, llegaron a Marte hace seis años con el objetivo de funcionar allí sólo tres meses.
Fuente: ElPais
El vehículo, que ha recorrido 19 kilómetros por Marte, no se moverá más, pero su misión científica no ha concluido, sino que entra en una nueva fase, ha anunciado la NASA. El plan es convertir el Spirit en una estación científica fija con la que se investigarán las variaciones del eje de Marte, la estructura interna del planeta, los vientos y la composición del suelo en el lugar. Mientras tanto, el Opportunity, en la cara opuesta de Marte, pero también cerca del ecuador, sigue funcionando bien y se dirige hacia un cráter llamado Endeavour.
"Hay investigaciones científicas que sólo podemos hacer con un vehículo fijo y que hemos aplazado durante los años de desplazamientos [del Spirit]", ha explicado Steve Squyres, geólogo de la Universidad de Cornell e investigador principal de los dos robots.
Los expertos del JPL van a enviar las órdenes pertinentes al Spirit para que se prepare para afrontar las duras condiciones del invierno marciano, orientando sus paneles de forma que capten la máxima radiación solar posible.
El Spirit y el Opportunity, que tienen el tamaño de un carricoche de golf, llegaron a Marte hace seis años con el objetivo de funcionar allí sólo tres meses.
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