javier bardem
"Es la primera vez que un actor consigue una nominación con un trabajo en una lengua distinta al inglés... Es un precedente brutal y estoy orgulloso... Javier Bardem es un talento con dos cojones". Alejandro González Iñárritu, director de 'Biutiful', acaba de resumir diez años de carrera.
A su lado, Bardem sonríe. Bardem llegó a Hollywood con la nominación de 'Antes que anochezca' hace ahora una década. "Todo parecía increíble. Demasiado grande", dice. "Ahora estoy más cómodo. Y lo más importante es que he conseguido todo este apoyo de la industria sin haberlo perseguido. Hay mucha gente que coge las maletas, deja todo y se sacrifica por estar aquí. No es mi caso", continúa.
Y ahí está. Relajado, confiado y convencido de haber llegado al sitio correcto. "Sería un milagro", comenta, se toma un segundo y sigue: "En cualquier caso, hay que ser consciente de que es un lujo estar aquí. No soy partidario de perderse la grandeza del presente pensando en el futuro". Profundo.
Eso sí, gane o no, lo que sí es seguro es que saldrá al estrado y ante un mínimo de 41 millones de espectadores (ése el promedio del año pasado) presentará, junto a Josh Broslin, a los guionistas del año (tanto del texto original como del adaptado). "Esto sí pone nervioso. Se lo debía a la Academia. Me lo ofrecieron el año pasado cuando estaba rodando y no pude... Ahora, me agarraré al brazo de Josh Brolin, que es gran amigo, y que hable él. Yo haré la versión mimo".
A su lado, su director, Alejandro González Iñárritu, se resiste a tanta resignación. Pero sin alardes: "He aprendido a perder con una sonrisa". A nadie se le escapa que, a estas alturas, 'Biutiful' es una de las películas mejor colocadas. Tanto la crítica como las casas de apuestas, que algo deben saber, la tienen en lo más alto de la lista para el Oscar a la película de habla no inglesa. Sólo la danesa 'In a better world' parece con ganas, y posibilidades, de disputarle el sitio.
Los dos, eso sí, se muestran tranquilos. O eso parece. Es la tranquilidad de la experiencia. Y eso que el hotel en el que discurre la comparecencia ante los medios no ayuda. El Mondrian no es sólo uno de los establecimientos más 'cool' de Los Ángeles sino que una habitación con balcón cuesta 500 dólares la noche.
Inquietante. Con ésta, son ya tres las veces que Bardem es candidato. En la primera, cuando interpretaba al voraz Reynaldo Arenas en la película de Julian Schnable, no pudo ser. En la segunda, sí. Su papel en 'No es país para viejos' no sólo le valió la oportunidad de un encendido discurso para entusiasmo de su madre, sino que le hizo convertirse en el villano con el corte de pelo más espeluznante de la historia del cine.
Es así. ¿Y ahora? "Siempre es como la primera vez. Es un subidón estar presente entre los nominados. Esto es, sin duda, lo que más ilusión me hace: conocer a la gente que admiro". Modesto. Tranquilo.
Iñárritu, por su parte, es todo un vetererano. No lo dice, pero... ¿Siente que se lo deben? "No". Tajante. No hay película suya que no hay sido nominada o renominada. 'Amores perros' fue candidata como película de habla no inglesa. También hace diez años. No pudo ser. En '21 gramos' consiguió que dos de sus actores, Naomi Watts y Benicio del Toro, estuvieran entre los favoritos.
Tampoco. Y 'Babel' obtuvo hasta siete nominaciones que se materializaron en un Oscar a Gustavo Santaolalla por la música. "Recuerdo que alguien tituló que había sido un fiasco. ¡Un fiasco con siete nominaciones! No lo entiendo". Silencio. En efecto, se lo deben.
Cierra un ciclo
Bardem es consciente, y así lo dice, de que la nominación cierra un ciclo que empezó en mayo. En Cannes fue elegido el mejor de los actores (junto al italiano Elio Germano) que pisaron la Croissette. El jurado reconoció lo evidente, que 'Biutiful' empieza y acaba en él.
Toda la película es Uxbal, su personaje. "La primera vez que vi el guión fue una copia en papel rojo. Iñárritu lo hace así para que no se pueda fotocopiar. Lo primero que pensé fue: ¡Uf, qué subidón! Lo leí en dos horas", dijo en su momento.
En la comparecencia recordó "la emoción" que sintió la primera vez que vio 'Amores perros'. Y Iñárritu le devuelve el cumplido diciendo que de los actores no le interesa la técnica sino... Y en los puntos suspensivos deja la constancia de algo más. Algo más grande, algo más profundo, algo más... "con dos cojones".
Por cierto, ¿y de lo demás? "Pues sí. Ahora mismo estoy muy feliz y muy contento". Sonríe Bardem, ríe Iñárritu.
ElMundo
A su lado, Bardem sonríe. Bardem llegó a Hollywood con la nominación de 'Antes que anochezca' hace ahora una década. "Todo parecía increíble. Demasiado grande", dice. "Ahora estoy más cómodo. Y lo más importante es que he conseguido todo este apoyo de la industria sin haberlo perseguido. Hay mucha gente que coge las maletas, deja todo y se sacrifica por estar aquí. No es mi caso", continúa.
javier bardem imagen
Y ahí está. Relajado, confiado y convencido de haber llegado al sitio correcto. "Sería un milagro", comenta, se toma un segundo y sigue: "En cualquier caso, hay que ser consciente de que es un lujo estar aquí. No soy partidario de perderse la grandeza del presente pensando en el futuro". Profundo.
Eso sí, gane o no, lo que sí es seguro es que saldrá al estrado y ante un mínimo de 41 millones de espectadores (ése el promedio del año pasado) presentará, junto a Josh Broslin, a los guionistas del año (tanto del texto original como del adaptado). "Esto sí pone nervioso. Se lo debía a la Academia. Me lo ofrecieron el año pasado cuando estaba rodando y no pude... Ahora, me agarraré al brazo de Josh Brolin, que es gran amigo, y que hable él. Yo haré la versión mimo".
A su lado, su director, Alejandro González Iñárritu, se resiste a tanta resignación. Pero sin alardes: "He aprendido a perder con una sonrisa". A nadie se le escapa que, a estas alturas, 'Biutiful' es una de las películas mejor colocadas. Tanto la crítica como las casas de apuestas, que algo deben saber, la tienen en lo más alto de la lista para el Oscar a la película de habla no inglesa. Sólo la danesa 'In a better world' parece con ganas, y posibilidades, de disputarle el sitio.
Los dos, eso sí, se muestran tranquilos. O eso parece. Es la tranquilidad de la experiencia. Y eso que el hotel en el que discurre la comparecencia ante los medios no ayuda. El Mondrian no es sólo uno de los establecimientos más 'cool' de Los Ángeles sino que una habitación con balcón cuesta 500 dólares la noche.
javier bardem
Inquietante. Con ésta, son ya tres las veces que Bardem es candidato. En la primera, cuando interpretaba al voraz Reynaldo Arenas en la película de Julian Schnable, no pudo ser. En la segunda, sí. Su papel en 'No es país para viejos' no sólo le valió la oportunidad de un encendido discurso para entusiasmo de su madre, sino que le hizo convertirse en el villano con el corte de pelo más espeluznante de la historia del cine.
Es así. ¿Y ahora? "Siempre es como la primera vez. Es un subidón estar presente entre los nominados. Esto es, sin duda, lo que más ilusión me hace: conocer a la gente que admiro". Modesto. Tranquilo.
Iñárritu, por su parte, es todo un vetererano. No lo dice, pero... ¿Siente que se lo deben? "No". Tajante. No hay película suya que no hay sido nominada o renominada. 'Amores perros' fue candidata como película de habla no inglesa. También hace diez años. No pudo ser. En '21 gramos' consiguió que dos de sus actores, Naomi Watts y Benicio del Toro, estuvieran entre los favoritos.
Tampoco. Y 'Babel' obtuvo hasta siete nominaciones que se materializaron en un Oscar a Gustavo Santaolalla por la música. "Recuerdo que alguien tituló que había sido un fiasco. ¡Un fiasco con siete nominaciones! No lo entiendo". Silencio. En efecto, se lo deben.
Cierra un ciclo
Bardem es consciente, y así lo dice, de que la nominación cierra un ciclo que empezó en mayo. En Cannes fue elegido el mejor de los actores (junto al italiano Elio Germano) que pisaron la Croissette. El jurado reconoció lo evidente, que 'Biutiful' empieza y acaba en él.
Toda la película es Uxbal, su personaje. "La primera vez que vi el guión fue una copia en papel rojo. Iñárritu lo hace así para que no se pueda fotocopiar. Lo primero que pensé fue: ¡Uf, qué subidón! Lo leí en dos horas", dijo en su momento.
En la comparecencia recordó "la emoción" que sintió la primera vez que vio 'Amores perros'. Y Iñárritu le devuelve el cumplido diciendo que de los actores no le interesa la técnica sino... Y en los puntos suspensivos deja la constancia de algo más. Algo más grande, algo más profundo, algo más... "con dos cojones".
Por cierto, ¿y de lo demás? "Pues sí. Ahora mismo estoy muy feliz y muy contento". Sonríe Bardem, ríe Iñárritu.
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