Cuando el chequeo regular de 'Pierre', un pequeño Terrier blanco, mostró que sus riñones se estaban sobreesforzando y necesitaba diálisis, Cibele Domingues, su dueña, no tuvo dudas sobre lo que hacer.
Domingues ingresó a 'Pierre' en el Hopital Veterinario Dr. Hato, una ultramoderna clínica para mascotas de Sao Paulo que asegura ser la mejor y más sofisticada en Sudamérica, para un costosísimo tratamiento de varias semanas.
Allí, 'Pierre' tuvo acceso a la máquina de diálisis y un servicio de enfermería y cuidados 24 horas al día, un nivel de atención fuera del alcance de la mayoría de los brasileños.
Ahora Pierre "está bien", explica aliviada Domingues, de poco más de 20 años, mientras acaricia a su perro al que espera llevarse a casa en un día más.
La familia Hato, dueña de este hospital de animales domésticos, tiene otra clínica similar en Sao Paulo y planifica construir una tercera. Otros hospitales veterinarios de lujo disputan ese rico mercado de mascotas y animales domésticos en Brasil.
Son apenas una muestra de lo bien que le va a la economía brasileña, que en los últimos años ha aumentado por millones a su clase media, y que sigue siendo uno de los países más desiguales del mundo, con una clase alta de riquísimos brasileños que no ahorra un real para el lujo de sus mascotas.
"Un 80% de los animales que vemos acá son perros. Otro 15% gatos. Hemos tenido monos, y el otro día hasta atendimos a una iguana", explica el doctor Valter Yoshio Hato, uno de los dueños del establecimiento construido hace tres años por su padre.
El limpio y amplio hospital ofrece consultas a 45 dólares con 12 veterinarios, y también tres salas de cirugía que pueden costar desde 30 dólares la intervención más simple, a 1.700 otras más complejas, como por ejemplo una retirada de cataratas.
La recuperación puede durar días, y los dueños de las mascotas pueden pasar la noche en el hospital, que cuenta con tres apartamentos especialmente adaptados.
En el hospital hay lugar hasta para una piscina de 25 metros para fisioterapia y otros tratamientos de las mascotas.
Flanquea la salida un supermercado para animales abierto las 24 horas, con todo lo que una muy mimada mascota pueda usar.
En la sala de espera, una señora acaricia a su un perro de 14 años, con problemas en la vista y los movimientos muy comprometidos. Ya pasó por 11 cirugías y posiblemente ahora será tratado por piedras en el riñón.
"Personas que decidieron no tener hijos a menudo tienen un perro o un gato, que llena sus vidas y que es como un hijo para ellos, por eso no ahorran en cuidados", explica Hato.
Agence France Presse
Domingues ingresó a 'Pierre' en el Hopital Veterinario Dr. Hato, una ultramoderna clínica para mascotas de Sao Paulo que asegura ser la mejor y más sofisticada en Sudamérica, para un costosísimo tratamiento de varias semanas.
Allí, 'Pierre' tuvo acceso a la máquina de diálisis y un servicio de enfermería y cuidados 24 horas al día, un nivel de atención fuera del alcance de la mayoría de los brasileños.
Ahora Pierre "está bien", explica aliviada Domingues, de poco más de 20 años, mientras acaricia a su perro al que espera llevarse a casa en un día más.
La familia Hato, dueña de este hospital de animales domésticos, tiene otra clínica similar en Sao Paulo y planifica construir una tercera. Otros hospitales veterinarios de lujo disputan ese rico mercado de mascotas y animales domésticos en Brasil.
Son apenas una muestra de lo bien que le va a la economía brasileña, que en los últimos años ha aumentado por millones a su clase media, y que sigue siendo uno de los países más desiguales del mundo, con una clase alta de riquísimos brasileños que no ahorra un real para el lujo de sus mascotas.
"Un 80% de los animales que vemos acá son perros. Otro 15% gatos. Hemos tenido monos, y el otro día hasta atendimos a una iguana", explica el doctor Valter Yoshio Hato, uno de los dueños del establecimiento construido hace tres años por su padre.
El limpio y amplio hospital ofrece consultas a 45 dólares con 12 veterinarios, y también tres salas de cirugía que pueden costar desde 30 dólares la intervención más simple, a 1.700 otras más complejas, como por ejemplo una retirada de cataratas.
La recuperación puede durar días, y los dueños de las mascotas pueden pasar la noche en el hospital, que cuenta con tres apartamentos especialmente adaptados.
En el hospital hay lugar hasta para una piscina de 25 metros para fisioterapia y otros tratamientos de las mascotas.
Flanquea la salida un supermercado para animales abierto las 24 horas, con todo lo que una muy mimada mascota pueda usar.
En la sala de espera, una señora acaricia a su un perro de 14 años, con problemas en la vista y los movimientos muy comprometidos. Ya pasó por 11 cirugías y posiblemente ahora será tratado por piedras en el riñón.
"Personas que decidieron no tener hijos a menudo tienen un perro o un gato, que llena sus vidas y que es como un hijo para ellos, por eso no ahorran en cuidados", explica Hato.
Agence France Presse
No comments:
Post a Comment