Cuantos más años tenga una mujer al dar a luz, mayor es el riesgo de que el hijo sea autista -cualquiera que sea la edad del padre en la mayoría de los casos- reveló un estudio divulgado en Estados Unidos.
Esta investigación, llevada a cabo en California, muestra que el riesgo de tener un hijo autista aumenta 18% cada vez que la edad de la madre es 5 años mayor: para las mujeres de 40 años, la probabilidad de dar a luz a un niño que padezca autismo es 50% mayor a aquellas que tengan entre 25 y 29 años.
“Esta investigación cuestiona la teoría epidemiológica del autismo según la cual la edad del padre es determinante en la posibilidad de tener un hijo autista”, explica Janie Shelton, experta en salud pública de la Universidad de California (oeste), principal autora de estas investigaciones.
“El estudio muestra que cuanto más edad tiene la madre, mayor es la probabilidad de que tenga un hijo autista (…) También indica que la edad del padre sólo contribuye a ello cuando el padre es mayor y la madre tiene menos de 30 años”, añade.
Por ejemplo, en el grupo de las mujeres menores de 25 años que tienen un hijo con un hombre de más de 40 años, el riesgo de que su hijo sea autista es dos veces mayor que las mujeres que tengan un hijo con un hombre de entre 25 y 29 años.
Esta investigación publicada en la página web de la revista científica Autism Research de febrero, se basa en una muestra amplia de población y es una de las más importantes hasta la fecha en haber cuantificado por separado el riesgo de autismo vinculado con la edad de la madre y del padre.
Para el estudio, los autores analizaron todos los nacimientos en California entre el 1 de enero de 1990 y el 31 de diciembre de 1999 a partir de las actas de nacimiento en internet, en las que figuran las edades de ambos padres.
La muestra cuenta con unos 4.9 millones de nacimientos, entre los cuales fueron diagnosticados 12,159 casos de autismo.
El autismo es producto de una disfunción neurológica que afecta el desarrollo de un niño en sus capacidades para comunicarse verbalmente o no, y que restringe su interacción social y centros de interés. Los síntomas aparecen antes de los 3 años y su origen permanece inexplicado.
Fuente: ElEconomista
Esta investigación, llevada a cabo en California, muestra que el riesgo de tener un hijo autista aumenta 18% cada vez que la edad de la madre es 5 años mayor: para las mujeres de 40 años, la probabilidad de dar a luz a un niño que padezca autismo es 50% mayor a aquellas que tengan entre 25 y 29 años.
“Esta investigación cuestiona la teoría epidemiológica del autismo según la cual la edad del padre es determinante en la posibilidad de tener un hijo autista”, explica Janie Shelton, experta en salud pública de la Universidad de California (oeste), principal autora de estas investigaciones.
“El estudio muestra que cuanto más edad tiene la madre, mayor es la probabilidad de que tenga un hijo autista (…) También indica que la edad del padre sólo contribuye a ello cuando el padre es mayor y la madre tiene menos de 30 años”, añade.
Por ejemplo, en el grupo de las mujeres menores de 25 años que tienen un hijo con un hombre de más de 40 años, el riesgo de que su hijo sea autista es dos veces mayor que las mujeres que tengan un hijo con un hombre de entre 25 y 29 años.
Esta investigación publicada en la página web de la revista científica Autism Research de febrero, se basa en una muestra amplia de población y es una de las más importantes hasta la fecha en haber cuantificado por separado el riesgo de autismo vinculado con la edad de la madre y del padre.
Para el estudio, los autores analizaron todos los nacimientos en California entre el 1 de enero de 1990 y el 31 de diciembre de 1999 a partir de las actas de nacimiento en internet, en las que figuran las edades de ambos padres.
La muestra cuenta con unos 4.9 millones de nacimientos, entre los cuales fueron diagnosticados 12,159 casos de autismo.
El autismo es producto de una disfunción neurológica que afecta el desarrollo de un niño en sus capacidades para comunicarse verbalmente o no, y que restringe su interacción social y centros de interés. Los síntomas aparecen antes de los 3 años y su origen permanece inexplicado.
Fuente: ElEconomista
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